Medidas compensatorias y correctoras relacionadas con el sector fotovoltaico. El papel del ambientólogo. –

Artículo publicado en nuestra sección Hábitat COAMBA  de la revista OTWO nº 25 del mes de agosto de 2021.

Los Estudios de Impacto Ambiental están cobrando cada vez más relevancia, configurándose en la mayoría de los casos como la piedra angular del proceso de tramitación de los proyectos sometidos a evaluación ambiental. Uno de los puntos fuertes de estos Estudios, en el cual suele radicar la viabilidad de la correspondiente autorización ambiental, es el establecimiento de medidas preventivas, correctoras y/o compensatorias.

El auge de los proyectos de energía renovable, en especial de los parques solares fotovoltaicos, hace necesario el diseño, análisis y aplicación de distintas medidas que permitan prevenir, corregir o, en su caso, compensar los posibles efectos adversos que el proyecto es susceptible de generar sobre el medio ambiente. En este sentido, el ambientólogo, dado su carácter multidisciplinar, se ha posicionado como protagonista del proceso de evaluación ambiental y diseño de medidas protectoras.

¿En qué se fundamenta ese papel esencial del ambientólogo?

Para responder a esta pregunta, es necesario previamente aclarar ciertos aspectos relevantes en el proceso de evaluación ambiental.
Para poder evaluar correctamente los impactos ambientales de un proyecto, y por tanto poder proponer las medidas protectoras pertinentes, es necesario analizar todos los factores que componen el medio físico (atmósfera, geología, edafología, hidrología), biótico (flora y fauna), perceptual (paisaje) y socioeconómico (población, economía, usos del suelo…), entendiendo las interacciones ecológicas clave entre todos ellos sin perder de vista el cambio climático. Posteriormente, en base a las acciones del proyecto, se evalúan los impactos ambientales, incluyendo los efectos sinérgicos y acumulativos, para finalmente determinar las medidas preventivas, correctoras y/o compensatorias necesarias. De igual forma, se debe estimar y estudiar la viabilidad económica de dichas medidas. En definitiva, se trata un trabajo que integra distintos campos de trabajo, multidisciplinar, cualidad principal del ambientólogo tanto en su proceso de formación como en su ámbito profesional.

¿Qué tipo de medidas se están llevando a cabo actualmente?

Dado la gran superficie que requieren, uno de los mayores impactos que provocan los proyectos solares es la pérdida de hábitats. Por ello, actualmente las medidas que se están llevando a cabo, tanto por iniciativa de promotores como de la propia Administración, están relacionadas con compensar los hábitats afectados. Cabe destacar que el tipo de medida irá en función del hábitat, por ejemplo, en el caso de afectar terrenos agrícolas (lo que suele ser habitual) coincidentes con áreas de importancia para las aves esteparias, las medidas compensatorias consisten en la plantación, en terrenos próximos a los del proyecto, de cultivos de cereal o leguminosas, intercalados con zonas de barbecho y rodales.

Estas medidas de plantación suelen ir acompañadas de otras, siempre en base a las características bióticas particulares de los terrenos, como por ejemplo la creación de primillares en el caso de afectar áreas de paso del cernícalo primilla, la construcción de charcas en áreas de interés para la herpetofauna, la instalación de majadales en zonas de paso de ganado o la creación de refugios para invertebrados o posaderos en áreas con especies vulnerables.

Otras de las medidas compensatorias que se están llevando a cabo es la relacionada con la agrivoltaica, esto es, combinación de agricultura con plantas fotovoltaicas, de forma que se compatibilice los usos del suelo tradicionales con los industriales. Destacan en este sentido la plantación de praderas con especies melíferas (favorece la población de abejas) permitiendo a su vez el uso del espacio por el ganado. En cuanto a medidas correctoras, destaca el establecimiento de pantallas vegetales, mediante la plantación de setos o de ejemplares arbóreos o arbustivos autóctonos, lo que permite reducir considerablemente la visibilidad del proyecto y, por tanto, el impacto sobre el medio perceptual.

Es por ello que, vista la creciente importancia del proceso de evaluación ambiental y, en concreto, del establecimiento de medidas preventivas, correctoras y/o compensatorias, el papel del ambientólogo debe estar más presente que nunca en estos trabajos en los que interrelacionan diferentes campos científicos y multitud de agentes implicados. Sólo desde una perspectiva que contemple todas estas dimensiones será posible una correcta y eficaz evaluación ambiental que permita alcanzar el objetivo primordial: el desarrollo sostenible.

Autor: Ignacio M. Yélamo Mayorga
Ambientólogo. Director de proyectos en Departamento de Medio Ambiente, Enercapitalgroup S.L.

Fuente: Revista OTWO nº 25 Agosto.

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