Ahora que parece (¿solo parece?) que se vislumbra el final de la pandemia que nos está asolando desde hace ya año y medio, cuando echamos la vista atrás, nos damos cuenta que nos falta un año o algo más de un año. Enlazamos muchos de nuestros recuerdos y algunos de nuestros proyectos con los últimos meses del 2019 o primeros del 2020. En esos meses, finales de 2019, se produjo un hecho en la organización de las unidades de investigación de la Universidad de Jaén (UJA), que la posterior precipitación de acontecimientos que trajo la pandemia no ha permitido que fuera debidamente difundido y comentado. Me refiero a la creación del Centro de Estudios Avanzados (CEA) en Ciencias de la Tierra, Energía y Medio Ambiente, como resultado de la fusión de los dos CEAs ya existentes de Ciencias de la Tierra y de Energía y Medio Ambiente.
Tras más de dos años de conversaciones a tres bandas, entre los responsables de los dos CEAs y el Rectorado, y tras los acuerdos pertinentes, se aprobó la fusión de los mismos de tal modo que para primeros de noviembre de 2019 se eligió y nombró director del nuevo CEA a nuestro compañero el Dr. Eulogio Castro Galiano, que hasta entonces venía dirigiendo el CEA de Energía y Medio Ambiente desde hacía ya algunos años. Esta fusión coincidió con el inicio de la remodelación de espacios del edificio C6 que debía conducir a la disponibilidad de toda una serie de laboratorios (Lab): Lab de Geoquímica de baja temperatura y Geomateriales, Lab de Suelos (Laboratorio Interdisciplinar de Suelos de la UJA, LIS-UJA), Lab de Geodesia, Geomática y Servicio GNSS., Lab de Riesgos Naturales, Lab de Patrimonio Natural, y Lab Interdisciplinar del CEACTEMA en el Campus Científico-Tecnológico de la UJA en Linares. Estos laboratorios vendrían a unirse al Lab de Biomasa, y al de Simulación Solar, previamente disponibles. Y finalmente, a todos ellos se añade una unidad de preparación de muestras sólidas y un almacén.
Todo estaba programado hacia finales de 2019, pero es ahora cuando estamos empezando a organizar la puesta en marcha de los nuevos laboratorios. La remodelación de espacios se acometió en su tiempo, en parte ya durante la pandemia, pero los concursos para la dotación de mobiliario y su instalación se han retrasado, a la vez que también se ha retrasado la actividad científica por la imposibilidad de compartir físicamente espacios durante la mayor parte de este último año y medio y, por supuesto, el trabajo de campo. Únicamente los laboratorios ya existentes, que provenían del CEA de Energía y Medio Ambiente, han seguido funcionando a excepción de los momentos más críticos de esta plaga que aún nos invade.
No obstante, ahora empieza una nueva etapa que dará paso a ese período ilusionante que imaginábamos cuando trabajábamos en el diseño de este nuevo proyecto: unos espacios de trabajo que impulsarán la investigación y facilitarán que estudiantado de Grado, Máster y Doctorado compartan espacio y realicen sus trabajos de fin de etapa en los nuevos laboratorios bajo la dirección de sus supervisores y directores. Ello impulsará la actividad diaria en el Edificio C6 y, a buen seguro, dejará pequeño su espacio útil en poco tiempo. Compartir espacio y compartir tareas entre investigadores de diferentes áreas de conocimiento está demostrado que es especialmente enriquecedor y suele conducir a nuevas líneas de investigación no exploradas en el ámbito de cada disciplina.
Sinergias
Al mismo tiempo, las sinergias que se obtienen de la colaboración interdisciplinar normalmente sorprenden positivamente a los propios investigadores y fomentan el espíritu, la cultura, emprendedora. En una provincia como la de Jaén, la provincia española con mayor superficie de espacios naturales protegidos, más de 300.000 hectáreas, y cuyo lema ‘Jaén, Paraíso Interior’ es abanderado de la misma, adquiere una especial importancia las unidades y laboratorios como la de Patrimonio Natural, y el LIS-UJA o el de Riesgos Naturales por la atención y prevención frente a la erosión que necesitan los suelos y terrenos ocupados por el olivar.
En el horizonte está la transformación del nuevo CEA, CEACTEMA (Centro de Estudios Avanzados en Ciencias de la Tierra, Energía y Medio Ambiente) en Instituto Universitario de Investigación, como ha ocurrido en estos días pasados con el que era CEA en Olivar y Aceite de Oliva, cuya solicitud de transformación en Instituto Universitario Andaluz ha sido informada favorablemente por el Consejo Andaluz de Universidades. A partir de ello, la generación de redes nacionales e internacionales con otros centros de investigación, y la consolidación de las ya existentes será el siguiente paso que abrirá espacios de colaboración y nuevas oportunidades.
Productividad investigadora
No obstante, la productividad investigadora de los equipos del CEACTEMA no ha cesado en este tiempo de pandemia. Todo lo contrario. El confinamiento y la reclusión en casa, con clases y actividades diversas (tutorías, reuniones, etc.) on-line, ha favorecido también que nos concentremos en el último paso del proceso investigador, en la producción de manuscritos para enviarlos a revistas internacionales con altos índices de impacto. Trabajos atascados en la agenda, así como los últimos datos producidos, han encontrado el momento de remanso para que la reflexión serena ordene los mismos y obtenga interesantes conclusiones. Valga como ejemplo lo publicado por nuestro grupo de investigación en la revista Paleoceanography and Paleoclimatology: la curva de isótopos de carbono (∂C13) en carbonatos (margocalizas, principalmente) del Aptiense (Cretácico inferior), que incluye el Evento Anóxico Oceánico 1a, obtenida a partir de los testigos del sondeo realizado en el Cau, norte de la provincia de Alicante, en el dominio Prebético. La curva aludida, que caracteriza un período de importantes cambios ambientales en el conjunto de la Tierra, es la más completa de este tipo y edad geológica en la literatura especializada, y cumple con todos los requisitos para convertirse en una referencia global.
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Fuente: ideal.es
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