Las ciudades pueden ser un refugio para las abejas

¿Cómo surgió la idea de crear una empresa de apicultura?
Lo que comenzó como una afición por las abejas poco a poco se fue convirtiendo en una pasión, hasta el punto de plantearme una manera de poder vivir y trabajar con estos insectos como opción profesional. Después de la experiencia propia con abejas, cursos y jornadas de formación, conocer el sector apícola de nuestro país y descubrir la apicultura urbana en las principales ciudades del mundo, decidí sacar adelante un proyecto propio y alternativo a las explotaciones apícolas tradicionales.

Mel·lis propone una apicultura alternativa a las explotaciones extensivas. ¿Por qué?
A día de hoy, para que una explotación apícola convencional sea mínimamente viable requiere unos 300-350 colmenas de abejas; la mayoría de explotaciones profesionales de nuestro país oscilan entre 350 y 600. La viabilidad recae básicamente en la producción de miel. A más kilos de miel, más beneficios, lo que en muchos casos ha convertido la apicultura en un negocio de producción intensiva e industrializada de miel, con sistemas de trabajo agresivos para las abejas, la obtención de productos de dudosa calidad y al mismo tiempo, muy dependiente de factores climatológicos, de las floraciones, subvenciones, etc. Por suerte, cada vez somos más los apicultores que trabajamos para volver a una apicultura más sostenible y respetuosa con las abejas.

¿Cuáles serían las principales características del modelo alternativo que proponéis?
La filosofía del proyecto dista mucho de la producción masiva de miel. La principal característica es dar valor a los beneficios que ofrecen las abejas y al oficio de apicultor. Un apicultor, al igual que cualquier abeja, debe ser valorado también por su trabajo y no sólo por los kilogramos de miel que sea capaz de obtener. La misión de la empresa es ofrecer servicios apícolas especializados y profesionales para satisfacer cualquier necesidad relacionada con las abejas y la apicultura.

¿De las aportaciones que hacen las abejas a los ecosistemas y los humanos, qué destacaría?
Según dijo Albert Einstein «Si las abejas desaparecieran de la superficie de la Tierra, los hombres sólo nos quedarían cuatro años de vida». Este pronóstico nos habla de la aportación vital que hacen las abejas en nuestro ecosistema: su función polinizadora. Hay que tener en cuenta que más de una tercera parte de los alimentos que consumimos son polinizados por las abejas, así como muchos otros tipos de plantas silvestres o cultivos.

¿Es compatible la cría de abejas con la actividad de las ciudades?
Sí, no es necesario que busquemos mucho para encontrar muchos ejemplos de abejas en ciudades importantes de todo el mundo como pueden ser París, Londres, Nueva York, Los Ángeles, Chicago, Sydney, Melbourne, Hong Kong, Berlín, Munich, Viena, Bruselas, entre muchas otras. Sin ir tan lejos, el Castell dels Tres Dragons del Parque de la Ciudadela de Barcelona, ​​el actual Museo de Ciencias Naturales, hay un apiario desde el 1945, del que actualmente somos los responsables del mantenimiento.

¿Qué beneficios conlleva hacer apicultura en el medio urbano?
Mejorar la biodiversidad gracias a la función polinizadora, la utilización como herramienta formativa en educación ambiental, la instalación de colmenas in situ para obtener miel km 0, un rasgo distintivo y diferencial, la ampliación de la oferta de servicios , la utilización como bioindicadores de la contaminación ambiental … Estas son sólo algunas de las nuevas posibilidades y oportunidades de negocio que nos brindan las abejas y la apicultura.

¿Qué tipo de clientes tiene? ¿Nos podría dar algunos ejemplos de instalaciones que ya estén en funcionamiento?
Tenemos clientes de diferentes ámbitos y sectores, desde la administración pública como puede ser el ayuntamiento de Barcelona o el de Viladecans a entidades como el Museo de Ciencias Naturales de Barcelona. También trabajamos para empresas de restauración y en el ámbito formativo realizamos talleres y jornadas en diferentes escuelas y colectividades.

Hasta hace poco había obstáculos legales para desarrollar esta actividad. ¿Qué ha cambiado para hacerla ahora posible? ¿Y cómo se ha conseguido este cambio?
Hasta marzo de 2014, por incompatibilidad con la normativa española que regula el sector apícola (R.D. 209/2002), era imposible poder instalar abejas en las ciudades, ya que una premisa de esta normativa determina que desde el lugar donde se instala una caja de abejas, la distancia mínima hasta un núcleo de población debe ser de 400 metros. La Generalidad de Cataluña, tras captar las necesidades expresadas por el mundo de la apicultura urbana, en marzo de 2014 aprobó el nuevo decreto de explotaciones ganaderas (Decret 40/2014) y en el artículo 5 se abrió la puerta a instalar colmenas de abejas en zonas urbanas, siempre y cuando se disponga del permiso del ayuntamiento y del informe favorable de la Comisión de Registro del Departamento de Agricultura de la Generalitat.

Como empresa busca la rentabilidad económica, pero también tiene una voluntad didáctica. ¿Cómo se hace pedagogía en torno a las abejas? Supongo que hay que romper algunos tópicos.
Cierto, existen muchos tópicos equivocados que hay que borrar. Lo que más detectamos nosotros es una gran confusión a la hora de diferenciar una abeja de una avispa y desconocimiento de las propiedades y características de los principales productos que obtenemos de las abejas (miel, polen, propóleos).
Digo esto porque no toda la miel es miel. En muchos casos las mieles que podemos encontrar en los supermercados son el resultado de mezclas de diferentes tipos de miel de dudosa calidad y de procedencia de diferentes países, de dentro y fuera de la Unión Europea. Y por tanto, sometida a un grado diferente de control alimentario y donde se han aplicado procesos industriales que provocan la pérdida de todas las propiedades beneficiosas para nuestro organismo.
Hay mucha pedagogía y divulgación de información sobre el mundo de las abejas, la apicultura y de los productos que obtenemos; estamos convencidos de que la apicultura urbana puede ayudar mucho en esta tarea, ya que en las ciudades es donde se concentra la mayor parte de la población. Los talleres para escuelas son una buena herramienta para hacer pedagogía en este sentido. A la vez que es muy gratificante a nivel personal, creemos que será beneficioso para las abejas y para la apicultura a largo plazo. Estamos dando a conocer la vital importancia de las abejas, así como los productos y beneficios que obtenemos con la intención de obtener futuros consumidores responsables y conocedores de los productos naturales de la colmena.

Se han publicado numerosos artículos -tanto en prensa general como especializada- sobre muertes masivas de abejas desde hace tiempo. ¿Nos podría explicar este fenómeno?
No hay un solo factor causante de esta situación sino que viene dada por la suma de diferentes factores. Estados Unidos es uno de los países donde, entre el 2006 y el 2007, saltó la alerta sobre esta muerte masiva de abejas, conocida como Colony Collapse Disorder (CCD) o desaparición de las abejas. Algunos apicultores se encontraron con más del 50-60% de bajas. El problema es que allí apostaron por grandes extensiones de monocultivo de almendros en la zona de California que necesitan miles de colmenas de abejas para la polinización. La mayoría de apicultores de todo el país tienen que ir a polinizar a estas plantaciones de almendros, recorriendo miles de kilómetros, para rentabilizar su explotación. Esto supone un gran estrés para las abejas, una alimentación nada variada y normalmente contaminada por productos fitosanitarios, además de enfermedades y otros problemas ya conocidos, como la varroa.

¿La extinción de las abejas es un escenario posible?
En un mundo donde predominan los intereses económicos por sobre los criterios ambientales, desgraciadamente todo es posible. Preocupados por este horizonte, Mel·lis se forjó con la convicción de que las abejas y la apicultura en las ciudades pueden ayudar muy positivamente a la protección y conservación de estos insectos. Las ciudades pueden ser refugio de abejas por la ausencia de pesticidas, ofrecerles una alimentación más variada y regular a lo largo del año, así como poder hacer pedagogía y dar conciencia de su problemática en la gran mayoría de la población , concentrada en las grandes urbes.

Ver publicación.

Fuente: sostenible.cat

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