El coordinador del proyecto Life Lynx-Connect celebra que el lince ibérico deje de estar en peligro de extinción: «Hemos dado con la tecla».
España ha conseguido que el lince ibérico (Lynx pardinus) deje de estar en peligro de extinción. Así lo ha establecido la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), la organización internacional dedicada a la conservación de los recursos naturales. Esta semana anunciaba que ha rebajado el grado de amenaza del felino a ‘vulnerable’.
Tras más de dos décadas de trabajo, se ha conseguido que la población del animal en España pase de 94 a principios de siglo a 2.000 ejemplares actualmente. «Hemos dado con la tecla», celebra Francisco Javier Salcedo, coordinador del programa Life Lynx-Connect y una de las manos detrás de este hito.
Este sevillano de 50 años lleva toda la vida soñando con linces y se dedica a su conservación «por formación y convicción personal». Conoció a este animal de niño, gracias a los documentales de Félix Rodriguez de la Fuente, y se prendó de ellos. Más tarde, estudió Ciencias Ambientales en la Universidad Pablo Olavide de Sevilla, su ciudad natal.
Enseguida buscó la forma de dedicarse a la conservación de especies y, tras muchos años de trabajo en este campo, en 2019 se puso al frente del proyecto Life Lynx-Connect. En una conversación con EL ESPAÑOL reconoce que, aunque es una gran carga, merece la pena: «Da mucho trabajo, pero tiene su recompensa».
Para Salcedo, coordinar este programa es una gran oportunidad personal y laboral, pero reconoce que es «una responsabilidad» ponerse al frente de un proyecto que ya es exitoso y mantener ese nivel. Ese triunfo trasciende también las fronteras españolas, asegura el ambientólogo: «Sin duda es uno de los proyectos de conservación más exitosos del mundo». El sevillano recalca que, además de para recuperar una especie, Lynx-Connect también «sirve de inspiración para otros programas».
Con este panorama, para Salcedo, la mayor dificultad del proyecto es conseguir mantener la cohesión de todos los agentes implicados. Otro de los retos, destaca, es tener claro el trabajo que tienen que hacer para conseguir los objetivos marcados. «Lo importante es que sabemos dónde queremos llegar y cómo hacerlo», subraya.
Tras Life Lynx-Connect hay 22 socios que aúnan a administraciones públicas, ONG, instituciones científicas y empresas privadas. El sevillano apunta que, de esta forma, intentan representar a todos los sectores que puedan relacionarse con la conservación del lince ibérico.
El ambientólogo reconoce que en el proyecto también se enfrentan a «situaciones difíciles». En esos momentos, lo que le impulsa, cuenta, es su implicación personal en este trabajo. «Me compensa porque me da más de lo que me quita y para mí es una satisfacción«.
Salcedo deja claro que prefiere centrarse en los retos que quedan todavía por conseguir. El lince está fuera de la consideración ‘en peligro de extinción’, aunque sigue bajo amenaza. Es una buena noticia, pero hay que seguir trabajando, asegura. «Cometeríamos un error si paramos porque pensamos que ya está todo hecho».
Ahora su nivel de peligro es ‘vulnerable’, uno de los más bajos. Aún así, lo positivo de este hecho es que el lince ibérico es la primera especie de felino que consigue reducir tanto su riesgo de extinción, cuenta el especialista. Lo ha hecho, además, «con mucha fuerza». En los últimos años, la población de este animal está creciendo a un ritmo del 20% al año.
El siguiente objetivo es alcanzar la categoría de ‘preocupación menor’, pero para ello aún queda mucho trabajo, anuncia el sevillano. El año pasado, Lynx-Connection hizo un análisis de la situación y concluyeron que aún se necesitan unas 1.100 hembras para llegar a un estado de conservación favorable, indica. Actualmente en España hay 400, pero el ambientólogo confía en que, con el tiempo, se podrá alcanzar esa cifra. «Todavía nos queda camino por recorrer».
Actualmente, la situación para conseguir la proliferación de esta especie es «muy favorable», según Salcedo, gracias a la implicación de las comunidades autónomas. «Se está sumando todo el mundo y vemos como sopla el viento en favor del proyecto», celebra.
Extremadura, Castilla-La Mancha, Andalucía y la Región de Murcia cuentan con proyectos de reintroducción del lince ibérico. Otros territorios que quieren hacerlo son Castilla y León, Aragón, la Comunidad de Madrid, Cataluña y la Comunidad Valenciana.
El científico se alegra al reconocer la toma de conciencia por parte de la sociedad sobre la situación del lince ibérico. El factor más determinante, dice, es ver que ya no se le persigue porque ya no se le considera una amenaza. Ahora solo se ve en casos puntuales que alguien acabe con un ejemplar de esta especie.
Salcedo recalca que esto último «no merece la pena» ya que el animal no supone limitación alguna para ningún sector. Además, el autor de la muerte de un lince ibérico se enfrenta a «una sanción importante», recuerda. «Es una especie de la que tenemos que disfrutar».
Salcedo reconoce que en su trabajo «es difícil desconectar» y que muchas veces se infiltra en el resto de su día a día, «incluso en vacaciones». El ambientólogo no se aleja de la naturaleza cuando no está velando por estos felinos. Le gusta dedicar su ocio a actividades al aire libre como la observación de pájaros y los paseos por el campo. «El ritmo es diferente y lo puedes hacer sin presión».
Como alguien a quien le apasiona su trabajo, anima a las futuras generaciones a que cojan el relevo y se interesen por la conservación del lince ibérico. Aunque reconoce que es una salida profesional difícil, está realmente convencido de que merece la pena. La determinación es algo fundamental para poder hacer una labor como la suya: «Hay que ir con todo», declara. El sevillano lo tiene claro: «Trabajar con fauna, si te gusta, es una cosa que engancha mucho».
Fuente: elespanol.com