Artículo publicado en nuestra sección Hábitat COAMBA de la revista OTWO nº 48 del mes de julio de 2023. Desde la Página Nº 30 a la 49.
Autor:
- Juan Luis Yáñez Montaño. Licenciado en Ciencias Ambientales. Máster en Ingeniería Acústica Ambiental.
Una definición simple pero acertada sobre el cambio climático sería: «la variación global del clima de la Tierra» y esa variación tiene causas naturales y antropogénicas.
Actualmente se sabe de forma prácticamente generalizada por parte de la comunidad científica que nuestro modelo de producción y consumo energético genera una gran alteración climática global provocando como consecuencia impactos sobre la Tierra y los sistemas económicos y sociales.
Según el informe de Síntesis de Cambio Climático del IPPC, asegura que la actuación humana en los sistemas de la Tierra es clara y va incrementando, observando sus impactos en continentes y océanos. De forma que si no se actúa pronto aumentarán las probabilidades de graves impactos globales e irreversibles sobre los humanos y los ecosistemas.
Somos responsables de nuestros propios actos y por ello podemos generar respuestas para combatir los impactos en los sectores socioeconómicos mediante una adaptación planificada a los cambios y una mitigación sobre las fuentes y sumideros de gases de efectos invernaderos (GEI).
En el caso de no actuar las consecuencias son ya conocidas tales como olas de calor más intensas y prolongadas, reducción de los caudales en los ríos, sequías, desertificación… entre muchas otras.
Poco a poco se va dando un punto de inflexión en la sociedad, la cual va adquiriendo sentido de la responsabilidad con sus actos y las emisiones de GEI, por lo que cada vez son más las instituciones públicas y privadas las que se interesan por el medio ambiente.
Debido a la reciente moda sostenible de calcular la HC surgen dudas, preguntas y aspectos a mejorar, mostrando claramente la ausencia de estudios analíticos que engloben todos los datos necesarios para comparar huellas de carbono y decidir cuál es la más conveniente en nuestra organización.
La huella de carbono de una organización es el conjunto de gases de efecto invernadero (GEI) emitidos a la atmósfera, producidos por efecto directo o indirecto de un individuo, organización, evento o producto. Las instituciones públicas (en este caso universidades) están poniendo de manifiesto su compromiso de lucha contra el cambio climático y desde hace menos de una década están realizando voluntariamente el inventario de emisiones de GEI (huella de carbono). Por ello, el objetivo de este laborioso trabajo es comparar las diferentes huellas de carbono realizadas en las universidades españolas que realizaron sus cálculos y estén inscritos al listado del MITERD (https://www.miteco.gob.es/es/cambio-climatico/temas/mitigacion-politicas-y-medidas/organizaciones-proyectos.aspx) a fecha de 2022., consiguiendo así facilitar el proceso de comparación de futuros estudios.
Por motivos de preocupación ambiental la Huella de Carbono (HC) surge como herramienta para cuantificar y crear un indicador de impacto ambiental que generan actividades o procesos en el cambio climático y, a pesar de tener orígenes publicitarios, lo cierto es que a día de hoy se utiliza como herramienta de gestión ambiental para conocer los GEI producidos de manera directa o indirecta ya sea por personas, organizaciones o actividades; tomando como resultados valores en términos de CO2 equivalente. Pudiendo así identificar las conductas individuales que más favorecen al cambio climático y cómo combatirlas.
La HC viene recogida con la siguiente fórmula:
HUELLA DE CARBONO = ∑ (DATO ACTIVIDAD X FACTOR DE EMISIÓN)
Y la HC relativa:
HUELLA DE CARBONO / DATO ACTIVIDAD = HUELLA DE CARBONO RELATIVA
Los factores de emisión son la cantidad de GEI que se emite por cada unidad del parámetro “dato de actividad”. Y los datos de actividad son los parámetros que delimita el grado de actividad generadora de emisiones de GEI.
También cabe mencionar los alcances, que son una recopilación de los datos de consumo (datos de actividades) y que se dividen en 3 grupos:
- Alcance 1 (emisiones directas): Se incluye el consumo de los combustibles usados en los edificios como gas natural o gasoil en las calderas. Fugas de gases refrigerantes y por último el consumo de combustible de los vehículos mediante el transporte.
- Alcance 2 (emisiones indirectas): Este alcance es único para el consumo de electricidad.
- Alcance 3 (otras emisiones indirectas): Este alcance es para organizaciones que quieran ir un paso más con el cálculo de su HC, en la cual se incluyen viajes de trabajo, servicios que han sido subcontratados, toda la compra de productos, etc.
Habiendo conseguido el sello del registro de la HC, existen diferencias entre las organizaciones que ya tienen este sello desde hace unos años y las organizaciones que están empezando, reflejando así el esfuerzo que hacen las mismas contra el cambio climático.
La diferencia se centra entre las organizaciones que calcularon su HC y están empezando a reducir sus emisiones y las organizaciones que ya reducen y/o compensan, permitiendo así identificar en un periodo anual los 3 niveles de participación:
- Cálculo de la HC.
- Reducción de la HC
- Compensación de la HC.
De modo que el sello informa sobre la participación en las secciones de la HC, diferenciando si se ha calculado y reducido la huella o si además de las dos últimas ha compensado y el periodo de tiempo al que se corresponde la participación.
Este tipo de logro sirve de aliciente para tomar medidas de forma coherente a la par de reforzar y mejorar la imagen de la universidad como organización concienciada con el medio ambiente y los problemas que acarrea el cambio climático.
La metodología seguida por este estudio ha sido muy rigurosa y ha cubierto la mayor parte del tiempo, siendo esta la parte más importante y farragosa.
La clasificación de la información ha sido una pieza clave ya que dentro de las HC registradas en la base de datos pública del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITERD) se encuentran registradas a fecha 2022 un total de 2499 organizaciones inscritas y 5931 huellas de carbono.
El primer filtro aplicado es respecto al tipo de sector en el cual podemos encontrar 21 diferentes, en este caso interesa seleccionar el sector educación, reduciendo a 184 el número de HC y 57 organizaciones.
El siguiente filtro consiste en excluir todo lo que se encuentre fuera de la categoría universitaria, obteniendo finalmente 86 HC y 16 organizaciones (o universidades) sobre las que se hará el estudio comparativo.
«Esto quiere decir que de todas las huellas de carbono que son registradas en españa de todos los sectores diferentes, sólo 16 universidades tienen su huella registrada en el ministerio, el resto o no consiguen llegar a los requisitos mínimos o no desean realizar dichos cálculos».
El siguiente paso se agrupa por conjuntos de datos, empezando por un estudio general de todas las huellas de carbono de todas las universidades y en todos los años que la calcularon. A continuación, se clasifica en función del tipo de sello calculado, si han verificado o no, alcances que han trabajado y tipo de índice de actividad utilizado.
Los datos de consumo (datos de la actividad) generalmente son siempre los mismos dentro de cada alcance, aunque si se indica claramente los datos medidos por cada institución se obtendrán datos mucho más concretos y concisos para saber en qué factores se puede trabajar más para reducir las emisiones. (BOVEA, 2021)
Además, hay que tener en cuenta que hay diferencias entre los valores de emisión de los alumnos y los trabajadores en cada centro (FABIO MONSALVE, 2016).
Con todo este proceso se obtiene la siguiente tabla ya ordenada y clasificada (Figure 1).
A continuación, se muestra un cartograma de la distribución de los distintos sellos conseguidos por cada universidad, para ello se indica cuál es el sello de mayor esfuerzo dentro de cada organización, siendo el sello de «calculo» el mínimo que deben de tener todas, «calculo y reduzco» siendo un paso intermedio y por último el mayor logro siendo «calculo, reduzco y compenso».
Como podemos observar en la figura 2, tenemos un mapa de España en la que se representa mediante puntos cómo se distribuyen las distintas huellas de carbono, con sus respectivos sellos, realizadas dentro de cada comunidad autónoma, indicando con el color rojo el sello de calculo, color amarillo el sello calculo y reduzco y con el color verde el sello de calculo, reduzco y compenso desde el período de 2012 a 2020.
Teniendo ubicadas todas las universidades y sus respectivos sellos, pasamos a comparar las huellas de carbono por año que presentan cada una mediante la figura 3 donde se muestra una evolución temporal de la HC de cada una de las 16 universidades estudiadas. Algunas de ellas fueron pioneras en el cálculo de su HC desde hace casi 10 años (Universidad San Jorge, Politécnica de Madrid o la universidad Miguel Hernández de Elche) mientras que otras como Universidad de Zaragoza, Alcalá, Complutense de Madrid, Carlos III de Madrid y la UNED han comenzado estos estudios recientemente.
Atendiendo al cálculo de sus HC, se puede observar que a lo largo de estos años, la mayoría de las emisiones se mantenían por debajo de 5.000 Tn CO2 eq, excepto la Universidad Miguel Hernández de Elche, la UPM, la UPV, Universidad de Zaragoza y la Universidad Carlos III de Madrid que superaban esta cifra y en el límite la Universidad de Zaragoza; pero justo a partir del año 2020 casi todas las universidades analizadas presentan una huella de carbono por debajo de las 5.000 Tn CO2 eq a excepción de la UCM. Esto puede ser debido a varios motivos, pero lo más lógico es atribuirlo al COVID-19, que desde marzo de 2020 y hasta casi junio 2021 mantuvo a la comunidad universitaria trabajando telemáticamente, evitando así los desplazamientos (Alcance 1) y el consumo energético (Alcance 2).
Respecto a la figura 4 sobre la media de los alcan- ces se puede observar cuáles son los alcances en los que más emisiones tienen cada universidad.
Para este caso se vuelve a tener como organización más emisora a la UPV, UPM y además se sabe que el 75 y 70 % respectivamente tiene su origen en emisiones relacionadas con la electricidad consumida y comprada (alcance 2) por el emisor en cuestión.
Tampoco hay que olvidar a la Universidad Miguel Hernández de Elche que a pesar de presentar una huella de carbono relativamente baja, el 85% de sus emisiones son únicamente de alcance 2 teniendo prácticamente una situación inversa con la UCM ya que la totalidad de sus emisiones son de alcance 1.
Además, 11 de las 16 universidades estudiadas en cuestión muestran cómo más del 50% de sus emisiones provienen del consumo eléctrico, cosa que no ocurre en las universidades que presentan un consumo de electricidad con fuente de energías renovables (Universidad Politécnica de Cartagena, Universitat Politècnica de València, Universidad Complutense de Madrid, Universidad de Alcalá, Universidad de Córdoba, Universidad de La Rioja y Universidad de Zaragoza), tendencia cada vez mayor en todas las organizaciones implicadas en la sostenibilidad y cuidado por el medio ambiente.
Por otro lado, cabe destacar que ninguna universidad calculó su HC para el alcance 3 (Figure 5).
Respecto a los índices de actividad (ud) ), se han encontrado un total de 7 distintos en los que se basaron las distintas universidades para medir su huella de carbono. 4 universidades la expresaron en HC/personas, 6 lo hicieron como HC/alumnos, 2 lo hicieron como HC/ miembros o usuarios, la Universidad Complutense de Madrid mediante HC/Millón de €, para el caso de la UNED con HC/Títulos, la Universidad de La Rioja utilizó HC/ Mil m2 y la Universidad Carlos III de Madrid simplemente puso HC/No por lo que no se especifica claramente qué utilizaron (Figure 6).
Por lo tanto, para el presente estudio se han seleccionado los índices más numerosos y son «HC/ personas» y «HC/alumnos»: Por «personas» se entiende que es toda la comunidad universitaria incluyendo trabajadores internos y estudiantes que generan GEI, mientras que «alumnos» son todas aquellas personas matriculadas dentro de un grado / máster que generan GEI.
Respecto a los datos encontrados en indicadores «persona», el cual presenta una HC media de 7.309 TnCO2 eq. Partiendo de este valor observamos que la UPM y la UPV sobrepasan este valor medio para la HC Total, pero cuando lo comparamos con la HC Relativa resulta que las dos universidades se encuentran dentro de la media, mientras que la Universidad de San Jorge sobrepasa los niveles medios relativos.
Esto quiere decir que las emisiones por cada persona que presenta la Universidad de San Jorge aparte de ser muy elevadas, pueden ser reducidas con una normativa, hábitos que favorezcan las disminuciones de emisiones y consumo o equipos eficientemente energéticos (Figure 7).
A continuación, vamos a estudiar el indicador «alumno» , siendo este el más utilizado por las universidades españolas (Figure 8-Figure 9):
En este caso las universidades que sobrepasan la media de la HC total son la Universidad de Vigo, Universidad de Zaragoza y la Universidad de Cantabria.
La Universidad Rey Juan Carlos es la que más alumnos recibe de media al año y es la tercera universidad de menor emisiones. Esta universidad podría tener valores como en la de Zaragoza donde es la segunda institución con más alumnos y la de mayor emisión.
Por otro lado, se tiene a la Universidad de Cantabria la cual es la segunda con menor número de alumnos anuales medios, sin embargo, es la tercera más emisiva en cuanto a GEIs.
El resto de universidades permanecen prácticamente constantes sus emisiones respecto al número de alumnos.
La buena noticia de este hecho es que, como se mencionó anteriormente, se puede solucionar fácilmente los valores relativos para mejorar los totales con buenos hábitos y mejora en las normas de uso y consumo.
Pero para la media de la HC relativa (Figura 16) descubrimos que la Universidad de Zaragoza por alumno no emite tanto carbono como se espera, mientras que la Universidad de Cantabria presenta unas emisiones por alumno muy elevada respecto a los demás.
Conclusiones
Todas las emisiones relacionadas con el alcance 1 donde sólo es superior al resto de alcances en el 25% de las universidades y son reducibles mediante una serie de normas de uso, equipos más eficientes con sus respectivos mantenimientos o modelos de utilización de los recursos mucho más saludables con el medio ambiente, ya que este alcance tiene su responsabilidad en las personas que utilizan de forma diaria las instalaciones de la universidad y la calidad de los equipos.
Aunque no es el alcance de mayor emisión, no deja de ser elevado en ciertas universidades hablando en términos totales y/o relativos.
Las emisiones relacionadas con el alcance 2, 4 universidades la tienen bajo valores mínimos debido a una utilización de fuentes de energía de origen renovables y el 50% de las universidades españolas presenta este alcance como el de mayor emisión. Por lo que es la mejor opción a reducir este alcance. Y el más efectivo.
Se muestra cómo un mayor número de integrantes en la comunidad universitaria no tiene por qué significar una mayor HC, dependiendo de factores detallados anteriormente.
Actualmente con 80 universidades por toda España, sólo 16 se enfrentan al cálculo y certificación de su HC.
A la vista de los resultados, hablando en términos totales, las mejores universidades de España respecto a la HC son la Universidad de San Jorge, Universidad Politécnica de Cartagena y la Universidad Internacional de Andalucía.
Mientras que las peores son la Universidad Politécnica de Madrid y la Universidad Politécnica de Valencia.
La calidad de la información sobre la HC de cada institución es muy variable, donde universidades como la de Córdoba presenta muy claramente los datos y otras prácticamente no muestran ni facilitan información alguna.
Fuente: Revista OTWO nº 48 del mes de julio de 2023.
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